Con el título de Signale presenta la Schütze Galerie los trabajos del argentino Norberto Cresta. Es un constructivista que transforma el principio primigenio de la división del plano en elementos geométricos en un medio de agresión óptica y si se quiere, también intelectual. Lo que aquí se busca es enviar señales. 

Esta urgencia comunicativa implica dos cosas: el signo de entendimiento objetivamente vinculante y el público amplio al que se dirige, en sintonía con la sociedad de masas. Lo que diferencia a Cresta de los que empiezan a trabajar a partir de una especialidad cibernética es su temperamento latino. Cresta no construye sus simples ángulos rectos con la regla, él trabaja, como quien dice, con un pincel candente.

La arista del cuadro que corta el ángulo recto, la franja triangular que desde abajo o desde el costado pulveriza el equilibrio, que luego vuelve a reconstruirse en un plano definido, más complicado: esto ya se ha practicado en la teoría básica de la Bauhaus. En Cresta, sin emmbargo se percibe la dinámica del procedimiento. El área negra que resalta la forma plástica se transmite al observador, como un gesto vigoroso. Aquí el artista no usa artificio. Él se lanza directamente al blanco.